Cada vez que pienso en en el campo de trabajo
es imposible no emocionarme. Quince días que han roto todos mis esquemas. A mí,
que después de tres campos de trabajo creía que sabía a lo que iba… pero San
Gil es un lugar muy diferente, muy especial. Y qué difícil expresar con
palabras todas estas emociones...
Los usuarios. Qué decir de ellos, personas que
desde el minuto cero nos hicieron sentir parte de su familia, de la gran
familia de Placeat. Personas auténticas, que con unas circunstancias u otras
plantan cara al mundo, lo disfrutan y te invitan a disfrutarlo con ellos.
Hay momentos que se quedarán por siempre en mi
memoria. La excursión a Cáceres donde descubrí a Lorenzo, cuánta intensidad y
que bonita intensidad la tuya, cuanto nos hemos reído juntos!, Miguel
esperándonos día tras día a la vuelta de la esquina y dándonos esos abrazos que
nos alegraban las mañanas, Manuel contándome historias de su pueblo en el
comedor, cómo me gustaban esos ratos! Gregoria, su risa contagiosa y su cara
vergonzosa cuando Jaime le echaba algún piropo por su vestido azul, disfrutar
como nunca de Extremoduro con Chuchi, los arranques a cantar y a bailar de
Saluki, mi primera mañana de jardinería con Luque, las conversaciones siempre
tan enriquecedoras con Tomás, las continuas bromas de Javi y nuestros paseos en
bicicleta por San Gil, Victoria enseñándome a hacer alfombras, Miguel Ángel
siempre sonriendo y dispuesto a participar en todo, Vitorino, su inagotable
energía en la finca y cómo disfrutó la noche del Koala en el escenario, la
forma de expresarse de Manolo, los bailes de Mimi, momentos con Eva, Gabriel,
Rosa, Nacho, Ricardo… Gracias. Gracias por darme la oportunidad de compartir
tantos momentos! Sois increíbles!
No puedo olvidarme de los monis, de la pasión
con la que Alexandria y Álvaro viven su trabajo y de la motivación arrolladora
de Miguel.
Y Chuchi… eres auténtico, gracias por hacer
esto posible. Es inspirador ver a gente como tú que disfruta tanto con lo que
hace día a día! Aúpa!
Y qué decir de Extremadura! Que gran
desconocida, y que afortunada me siento de haberla conocido de las mejores
manos! Me fui enamorada de vuestra tierra y deseando volver para conocer más
rincones que estoy segura me seguirán sorprendiendo!
Sólo me queda daros las gracias por hacerme
tan inmensamente feliz estas dos semanas, por regalarme tanto cariño, tantos
besos, abrazos y sonrisas, y por hacerme ver que la plena inclusión es posible
con personas como vosotros luchando por ello.
Gracias por hacer de este campo de trabajo una
experiencia inolvidable. Y ojalá esto no sea un adiós, sino un hasta pronto…
porque lo que el Koala ha unido, que no lo separe nadie!