" El
día amaneció como cualquier otro, pero tanto usuarios como voluntarios nos
levantaríamos para afrontar un día distinto a lo acostumbrado. En primer lugar,
en vez de trabajar codo con codo en los talleres, dedicamos nuestro tiempo a
otras actividades: hinchar globos de agua para los juegos que mas tarde
disfrutaríamos con los alumnos y alumnas del colegio de San Gil y comenzar los
preparativos para la visita de las autoridades del pueblo y de Placeat al día
siguiente.
A
las 11 de la mañana subimos en nuestras fieles furgonetas para encontrarnos con
los habitantes más pequeños del pueblo. Nos reunimos con ellos en su
territorio, el Colegio Rural Agrupado Valle del Alagón. Desde allí nos
dirigimos a la zona de césped junto al ayuntamiento, donde pequeños y mayores
disfrutamos lanzando globos o haciendo cadenas para llenar botellas de agua con
vasos. Como no podía ser de otra manera habiendo agua de por medio, la
situación se descontroló y terminamos lanzándonos cubos llenos de agua entre
nosotros. Todo sea por escapar del extremo calor que llevamos experimentando
esta semana.
Después
de llenarnos la panza, como siempre cortesía del catering, y de echarnos una
siesta hasta las 5, nos esperaba una tarde atareada en la que seguimos dejando
todo listo para nuestros importantes invitados del jueves. Unos grupos se
encargaron de limpiar las estancias del albergue y otro se dedicó a la creación
de una furgoneta de cartón y papel (completamente equipada con su radio y sus
ruedas) que tendría un papel fundamental en una dinámica que se llevaría a cabo
al día siguiente.
Al
regresar al albergue, comenzamos los preparativos para la Lluvia de Estrellas,
nuestra propia versión de los exitosos concursos de talentos de la televisión.
Pudimos ver actuaciones de las Sevillanas de San Gil, con su impactante puesta
en escena, la clásica canción de Escobar “Mi Carro” interpretada a tres voces,
una actuación de corte más serio para la concienciación del uso de los sistemas
alternativos y aumentativos de la comunicación, e incluso al famoso duo Camela,
aunque tenían una pinta un poco rara y no eran tan marchosos como siempre. En definitiva,
una velada que sirvió como broche de oro para otro ajetreado día en este lugar
tan especial, el Campo de Voluntariado de San Gil."
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