lunes, 17 de junio de 2019

Valoración del Campo de Trabajo Placeat/San Gil 2018 de Alba, Voluntaria de Cantabria.

Nunca imagine que me iba costar tanto enfrentarme a una carta, sé que debería haberla escrito antes pero Placeat fue tan intenso que no sabía por dónde empezar y sigo sin saberlo, supongo que lo que he escrito no hace justicia a lo que realmente viví pero allá voy…
 San Gil ha sido mi primer campo de trabajo, fui con una amiga y de rebote, nos enteramos tarde de los campos de trabajo y cuando fuimos a mirar quedaban muy pocos, entramos a la ficha de San Gil vimos las fechas y el lugar y nos apuntamos sin darle muchas más vueltas, sinceramente, mi cerebro no procesó que íbamos a hacer voluntariado en San Gil hasta que me vi con una maleta en plena ola de calor en Plasencia esperando a que nos recogieran a mí y a mi amiga, en ese momento no os voy a mentir tenía ganas pero también miedo.
 El miedo duró poco, al segundo día de estar allí supe que había hecho bien, que había tomado una buena decisión, San Gil te hace sentir como en casa, si vais algún día allí os prometo que vais a encontrar un hogar, los usuarios os van a recibir el primer día con un entusiasmo abrumador, pero vas a estar deseando que te reciban así día sí y día también que es lo que hacen, te van a querer como si te conocieran de toda la vida y vas a aprender de ellos, te van a enseñar cosas que son difíciles de explicar pero que empiezo a pensar que son esenciales en nuestra sociedad actual, con ellos vas a reír ( te van a tomar el pelo de una manera que no la ves venir) pero sobre todo vas a llorar porque te van a hacer sentir y los sentimientos allí siempre están a flor de piel, porque San Gil es intenso, vives cada momento al máximo.
 Tuve muchísima suerte con todos los voluntarios que había allí conmigo porque hemos hecho piña y en mi opinión todos hemos aprendido de todos, y sin darnos cuenta nos hemos ayudado un mundo.

Para mi San Gil ha sido aprender que hay gente muy buena, que los problemas inmensos la mayoría de las veces puestos en perspectiva son insignificantes pero lo que me llevó de San Gil es que gracias a ello me quiero y me acepto un poquito más, va a ser muy difícil encontrar otro campo que me aporte lo que me ha aportado San Gil, sé que volveré, espero que sea más pronto que tarde.

Muchos besos, Alba.