" Tras una intensa noche en las fiestas de Galisteo, el domingo amaneció más tranquilo… para la mayoría. Mientras muchos recuperaban energías, un pequeño grupo de voluntarios madrugamos un poco más para bajar a la residencia y compartir la mañana con los usuarios, aprovechando cada minuto juntos en nuestro último día de campo. Allí nos estuvieron enseñando todas sus instalaciones, pudiendo ver la cantidad de camisetas firmadas de diferentes equipos.
Después de la comida, tocó arremangarse: recogimos, ordenamos y
limpiamos todo el albergue y las furgonetas. El calor apretaba, así que,
mientras limpiábamos, no dudamos en aprovechar el agua para refrescarnos y
convertir la tarea en algo mucho más ameno.
Con todo listo, dedicamos la tarde a disfrutar como siempre:
jugando al baloncesto, al fútbol y, cómo no, dándonos un buen chapuzón en la
piscina. Ya al atardecer, nos reunimos sobre el césped para nuestra última
velada, compartiendo bocadillos y conversaciones. Fue una cena especial, con
sabor a despedida. Después, la última dinámica del campo nos tocó el corazón:
entre palabras bonitas y abrazos, más de uno dejó escapar alguna lágrima.
Para cerrar la noche, levantamos la vista al cielo en una
observación astronómica tematizada, donde descubrimos historias fascinantes
sobre las mujeres que dedicaron su vida a estudiar las estrellas. Queremos
agradecer especialmente al Ayuntamiento de San Gil por brindarnos esta
actividad tan especial, que puso el broche perfecto a nuestra experiencia.
Entre risas, emociones y constelaciones, dijimos adiós a unos
días que siempre recordaremos.
¡Nos
vemos pronto, amigos!"
TAMARA CORTES