domingo, 1 de septiembre de 2013

Valoración Personal de Lucia Malfeito, Voluntaria al Campo de Trabajo San Gil/Placeat

Comenzaré mi historia remontándome dos años atrás, una tarde en San Gil, una compañera y yo comentamos la idea de volver a participar en este campo de trabajo, ya que a las dos nos estaba gustando mucho la experiencia y estábamos dejando atrás muchas cosas que ya no nos gustaba, yo, muy decidida le dije que repetiría sin dudarlo y ella me contestó la frase que yo creía que marcaría mi segundo viaje a San Gil ‘’Segundas partes nunca fueron buenas’’.

Me presento, soy Lucía, y os contaré que hace dos años ya participé en el campo de trabajo de San Gil en Plasencia. La primera vez que vine, diré la verdad, no tenía ni idea de que iba a encontrarme aquí ni que venía a hacer realmente, no me gustaba el campo, no me gustaba estar lejos de casa y lejos de mi familia, verme a seis horas de autobús con gente que no conocía, no me gustaba nada y me daba auténtico miedo

Este año volvía a llevar malos momentos en mi maleta otra vez, pero bueno, esos en el último momento decidí dejarlos aquí y que no condicionaran mis quince días en lo que yo ahora considero mi segunda casa, porque como yo siempre digo y diré, nunca he sido tan feliz, tanto tiempo seguido como lo fui allí. Comencé mi viaje sin poder parar de pensar en todas las cosas que me habían dicho, unos no entendían el porqué repetir campo de trabajo, otros no entendían que en mis vacaciones me fuese a trabajar a un campo, otros me decían que me quitara de la cabeza que sería igual de genial que la primera vez, otros que no me fuera… y como eso mis cosas, pero yo os diré algo, cuando llegué a San Gil y me volví a encontrar con mi casa, lo sentí tanto por todos los que no entendieron que quería volver, porque una vez que ví a los usuarios bajarse de la furgoneta con esas sonrisas y esas ganas, entendí porqué no había podido olvidarme de este lugar.


Cuando comencé a abrazarlos, a darles besos, y ví que ellos aún se acordaban de mí, no hay dinero, ni vacaciones pagadas, que den más felicidad que ver sus caras de nuevo. Ellos son los que hacen especiales estos días, no podré olvidar la paliza que le dí a Jorge en el Trabuquete, el pobre no paraba de decirme ‘’ya queda menos’’ porque veía que ni mi compañera ni yo podíamos dar un paso más, no os podéis imaginar como tiró de nosotras todo el camino, contándonos anécdotas e historias increíbles. Tampoco me olvidaré de Tomás, al que yo llamo cariñosamente ‘’mi abuelito’’, me prestó su hombro más de una vez, sus oídos unas cuantas veces más y sus brazos para dejar que me apoyara en él para no resbalar en Monfragüe otras tantas, y mi Lorenzo, que tanto cariño me dio mi primer año y que esta segunda vez no ha sido menos. Y bueno que deciros de Mimi, la primera vez que estuve en el campo, un compañero me regaló una foto con ella, y mi padre, muy orgulloso, no me dejó colgarla en mi cuarto y la tiene puesta en su espejo para verla todas las mañanas, no sabéis la de besos y abrazos que le he pedido a Mimi, y las veces que la he llegado a desesperar, pero ni una sola me ha dejado sin ellos. En fin tampoco puedo dejarme atrás a Carlos Alberto y sus canciones, cartas, bailes y sobre todo las de veces que ha dicho que el último día volvería a llorar, a Javi, que, con lo sonriente, aventurero y simpático que es me dejó helada la última noche cuando comenzó a llorar cuando vió que esto se acababa, ¿y Saluki? bueno es que ella es lo más, ella se tiende en su toalla, tú te tumbas a su lado y te empieza a invadir el cariño que desprende, sus rosquillitas para que te relajaras son lo más, y claro como no, su hermano Manolo, que no conseguimos meter en el agua ni a tiros, no hubo forma, pero las risas que no habremos echado con él. Eva y su emoción cuando le regalamos su pulsera, Alberto y sus arranques de cariño, Goyito, al que nosé porqué pero es que lo miro y me parece tan entrañable, simplemente me encanta, y tantos de ellos, todos increíbles.



A mis monitores, bueno perdón, a mis amigos les diré una vez más que gracias, muchas gracias por regalarme estos quince días, otra vez, por darme una segunda oportunidad, algo que no todo el mundo tiene, por volver a enseñarme esta tierra de la que me enamoré hace ya dos años. A Javi, por estar conmigo a tantos kilómetros de distancia, en los buenos y malo momentos, por escucharme tantas veces, por ser tú, gracias de todo corazón, eres mi ojito derecho ya lo sabes, a Mica, por hacer que me sienta tan bien estos días, por hacer que aproveche esto al máximo, por no dejarme salirme de la piscina y por darme las gracias tantas veces por esos desayunos, eres increíble, y a ti, Chuchi, por ser el que ha luchado por esto hasta el final, porque lo importante siempre son ellos, nuestros usuarios, gracias una y mil veces por cambiar tanto mi vida, por hacer que vea las cosas importantes de la vida, por hacer que valore más todo lo que tengo, y por darme una segunda oportunidad más, no sabes lo que te agradezco todo lo que has hecho y haces por mi, ¡eres grande!


Y a mis compañeros de campo, les diré que ha sido un placer coincidir en esta vida, de verdad, gracias a todos por vuestro cariño y vuestra amistad, aquí me tenéis para lo que os haga falta. Si todas las segundas partes fueran así…!yo repetiría! GRACIAS

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