jueves, 1 de septiembre de 2011

Valoración Personal de Mariola. (Voluntaria al C.T. San Gil/Placeat 2011).

"Mi valoración es corta y clara no cambio ni un segundo vivido en San Gil ha sido una experiencia maravillosa. Lo que siento después de casi un mes de mi llegada a San Gil es que ha sido una experiencia que me ha aportado mucho más de lo que yo he podido dar, fui ayudar como el resto de mis compañeros, pero el resultado fue que la ayudada fui yo por todo el conjunto de personas y vivencias, y poder sentir a la Madre Naturaleza en todo su esplendor que eso me transmitió una porción de energía desmesurada como hacía tiempo que no sentía mezclada con la chispa de magia que cada voluntario, monitor y muchacho aportaba, bueno y José Mari que sin él San Gil tampoco sería lo mismo la mezcla perfecta para que fueran unos días inolvidables.
Es digno de admirar que los monitores hayan ocupado sus vacaciones a ayudar a otras personas y en acompañarnos a nosotros en todo momento, respecto a las personas con discapacidad o muchachos como a mí me gusta llamarlos me han enseñado y aportado  mucho más ellos que todo lo que yo haya dado. Jamás se me olvidará la cara de Mimi jugando conmigo en el agua eso fue una sensación indescriptible y cada vez que cierro los ojos y la veo me emocionó, o de Tomás bailando con él, de Lorenzo riéndose, Carlos Alberto cantando y amenizando los viajes que cuando voy en mi coche me acuerdo de sus canciones, de Eva que siempre estaba cansada, de Gregoria y su afán de superación y del resto que para nombrarlos a todos me faltaría tiempo.
Una mirada es el espejo del alma, cuando esa mirada es limpia y llena de cariño y te sonríen cuando te ven, eso es grandioso en San Gil he encontrado una paz que necesitaba desde hacía mucho gracias a una mezcla de magia aportada por cada una de las personas con las que he coincidido en este camino tan largo que es la vida, crecer no sé si he crecido pero enseñarme me ha enseñado y me ha dado seguridad como persona. Os estoy muy agradecida a todos, por haberme regalado unos días fantásticos, de verdad no sé que decir porque las palabras se quedan cortas y para Zaragoza me he llevado el regalo más grande un montón de sonrisas, miradas llenas de cariño,  sonrisas y muchos besos. Son cosas sencillas que cuando tenemos no les damos importancia no valoramos pero que si nos faltaran no seríamos felices y nuestro día día sería muy triste.
No me pidáis que diga que cosas no me han gustado o que se podría mejorar porque yo no cambiaría, nada ni un solo instante que viví allí porque encontré tranquilidad y felicidad os debo mucho".

Gracias.

Besicos.

Mariola Fuertes Gálvez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario