" Antes de nada, me gustaría darles las gracias a todos aquellos que hacen posible que este campo de trabajo funcione un año más: monitores, Placeat, Instituto de Juventud de Extremadura, etc.
Hace ya un mes que terminó esta maravillosa experiencia para mí y, cuando pienso en lo vivido, me invaden un montón de momentos, risas, sensaciones… Lo cierto es que salto de un recuerdo a otro y me cuesta ordenarlos. En mi caso, fue la palabra “medioambiental” lo que salvó a este campo de trabajo de ser descartado como otro campo cualquiera de carácter social. Y, sin embargo, fue éste el que me convenció, creo que por la descripción de las actividades y todo lo que íbamos a hacer, mano a mano, con personas con diversidad funcional.
Por supuesto que, en principio, tenía miedo de no saber con qué me iba a encontrar. Nunca antes había tenido relación con personas con discapacidad, y era el primer campo de trabajo que hacía. Pero todas mis dudas y temores se fueron disolviendo con el paso de las horas.
Desde el primer momento, el trato por parte del resto de voluntarios, monitores y, sobre todo, de usuarios, ha sido fantástico. Creo que he tenido suerte de conocer a tanta gente maravillosa, tan entregada en lo que les gusta, tan positiva y cariñosa. Nunca hubiera imaginado lo mucho que se echa de menos el saludar cada día a los usuarios, siempre sonriendo, llenos de alegría y vitalidad, con ganas de pasarlo bien, de caminar y de trabajar con nosotros. ¡Como los añoro!
Sin duda, este campo ha sido una de las mejores experiencias que he vivido hasta ahora. Me ha enseñado una serie de valores y me ha abierto los ojos a un mundo que no conocía. Sin duda, todo lo vivido me ha ayudado a crecer personalmente, a tener más perspectiva. No sabía lo gratificante que puede llegar a ser convivir con los usuarios. Además de que he descubierto que Extremadura no es nuestro “Sáhara español”. Qué pena que mucha gente siga pensando eso de esas tierras. Echaré de menos las Gargantas, los Valles, el agua tan fría de los ríos, las cigüeñas y todo lo que me recuerde a mi estancia allí.
Gracias por estas dos semanas tan intensas, por todos los abrazos, besos y ahogadillas, por todos los intentos de pasarme la piedra, por matarme más de una vez en el juego del vampiro, por repetirme mil veces la misma palabra en francés y en inglés, y por esos chorros de agua tan necesarios en esa furgoneta tan calurosa. Incluso, doy gracias por el grillo de mi tienda! :D
Muchísimoooooos besos desde Murcia. Espero volver alguna vez por allí".
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