sábado, 12 de septiembre de 2015

Día 13, Campo de Trabajo San Gil-Placeat 2015, 14-8-2015.

Día 13, cómo no, siempre 13. Soy Lolo, voluntario llegado desde tierras africanas, concretamente desde Ceuta y voy a contaros como ha sido este día en San Gil.
Normalmente es Alicia, nuestra querida, petarda y payasa monitora la que nos despierta “cariñosamente”, pero hoy le he echado una mano. Equipo, altavoces y unos buenos días al estilo militar con la Diana Floreada de Caballería, unos gritos de sargento, apertura de tienda y arrastre al césped con saco incluido para los más remolones, algo sutil y relajado vamos. Aseo, desayuno y a comenzar los trabajos en la finca con Jose Mari. Cuando llegan los usuarios de PLACEAT trabajamos codo con codo con una alegre sorpresa, se nos ha unido Miguel Ángel, un risueño usuario de PLACEAT. A mediodía furgonetas hacia Plasencia y a comer. Tradicional siestecita en los sofás y a las 16:00 ponemos rumbo a darnos un bañito en Descargamaria, bueno quien dice baño dice siesta o un poco de las dos. Levantamos la expedición para ir a Robledillo de Gata, precioso pueblo con casas de piedra y personas amables que nos invitan a participar en unos juegos que se están realizando en la plaza del pueblo. Bailar por parejas sin que se caiga una patata atrapada entre nuestras frentes no es nada fácil, pero nuestras compañeras Ana Aurora y María se llevan el trofeo. Visitamos una piscina natural y vamos, como no, a tomarnos una coca-cola bien fresquita en un bar, antigua cuadra del Marques del lugar convertida en una rustica y acogedora taberna junto al rio.
Volvemos a Plasencia; ducha, cena y camino a las fiestas de Galisteo donde voluntarios, usuarios y monitores fuimos bien recibidos por David el Concejal y la amable alcaldesa de la villa con su singular sonrisa. Gracias a Galisteo, allí pasamos algunos momentos muy buenos y esa noche fue buena muestra de ello. A una hora decente dejamos a la orquesta para acompañar a los usuarios a su residencia y volver a la finca, donde debatimos sentados en las mantas con un refresco en las manos y el brillo de las estrellas reflejadas en las miradas.

Buenas noches San Gil.
No me puedo despedir sin contaros un pequeño cuento, la leyenda de un viajero que recién llegado a una remota aldea y embelesado por su belleza acabo parado en medio de un cementerio. Las lagrimas brotaron cuando descubrió unas inscripciones en las lapidas. Debajo de cada nombre ponía el tiempo que esa persona había vivido. 5 año, 3 meses y 1 día en la primera lapida; 7 años, 5 meses y 5 días en la segunda; 8 años, 1 mes y 3 días en la tercera. En toda las lapidas fechas similares y ninguna superior a los 13 años. Que extraña maldición pesaba sobre aquel lugar para tan penosa situación.  Una mujer llego, descubrió al vaiejro entre lagrimas y tras una breve charla le explico la razón de tales fechas. La tradición del pueblo era que al cumplir los 16 año, los padres regalaban una libreta a sus hijos que estos debían llevar colgada al cuello y en la que anotaban la duración de los mejores momentos de su vida; un beso de la persona amada, un viaje a la playa, una tarde de invierno en familia, el nacimiento de un hijo, etc. Los momentos por los cuales esta vida cobra sentido y que debemos perseguir para ser felices.
Gracias a todos por ayudarme a poder anotar estos 15 dias completos en la libreta de mi vida.

Dicen que la felicidad es lo único que al dividirse se multiplica. Usuarios, monitores y voluntarios, a todos y cada uno de los miembros de esta gran familia, GRACIAS .

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