viernes, 3 de septiembre de 2010

Valoración Personal de Laura García Suros, Voluntaria al C.T. San Gil 2010

"Muchas veces los mejores viajes no son los que vas más lejos, los que llegas a surcar recónditas ciudades o placenteros caminos, aquellos que están llenos de aventuras en extraños paraísos, sino los que se acaban convirtiendo en un viaje hacia ti mismo, los que representan una mirada y un enriquecimiento de las propias ideas, pensamientos , deseos o creencias a través del contacto con los demás … porque al fin y al cabo quizá conocernos y conocer a las personas que nos rodean sea la gran aventura de nuestra vida y también el camino más difícil y a la vez más bello de transitar.
Este viaje, este proyecto integrador que ha dado lugar a este inolvidable campo de trabajo, ha sido para mí, sin lugar a dudas, un gran viaje en ese sentido. No sólo por las oportunidades que tuve de trabajar con voluntarios, monitores y especialistas, cada uno de ellos gente trabajadora, profesional, llena de ilusión y de ganas para que todo este saliera adelante; sino también porque cada día se convertía en una oportunidad de crecimiento personal en un espacio donde los miedos, las dificultades y las diferencias se desvanecían por completo ante el cariño, el amor, y el respecto que ellos ( tanto usuarios como profesionales) repartían por doquier. No hay palabras para poder describir todo lo vivido en estos días, lo que llega a significar un abrazo, un apretón de mano, una sonrisa, o un “¡ay mi niña!”, como tampoco puedo transmitir en su totalidad la ilusión que sientes cuando un usuario con todo su amor paternal te pone bien tu mochila, o cuando haces una ruta, te encuentras cansada, y ves que tu alrededor está lleno de personas que con sus dificultades, luchan para estar ahí, para seguir, para estar a tu lado. Es en ese momento cuando te miras y no puedes dejar de sonreír, de alegrarte por ver que eres una aprendiz de la vida y ahora son esas personas tus verdaderos maestros, los que te enseñan a apreciar la riqueza de los pequeños gestos, los que te recuerdan que la vida tiene su toque agridulce pero que uno no puede detenerse, porque mientras haya fuerzas suficientes, mientras uno tenga ilusión, hay que exprimir la vida, al máximo. Cada uno de esos momentos te hace reflexionar que al fin y al cabo, podremos separar a las personas por capacidades, podremos estudiar sus dificultades, pero nunca podremos clasificar sus corazones. Antes de hacer este campo de trabajo me preocupaba no saber lo suficiente sobre los diferentes tipos de discapacidades mentales o físicas que pudieran tener los usuarios, por no estar preparada para atenderlos, pero cuando empiezas a tratar con ellos te das cuenta que simplemente estás con Mimi, con Carlos, Manolo, Goyo, etc, estás con personas que sienten, que desean, que lloran, que quieren, con personas que necesitan ser consideradas por como son, únicos y especiales por sí mismos. No hay peor error entonces que no darse cuenta de la igualdad y a la vez de individualidad de cada uno de nosotros. Espero que sigan habiendo proyectos como este campo que transmitan esa integridad, no solo puntualmente, sino proyectos ampliamente trabajados que permitan esa convivencia, ese trabajo en equipo, en toda su profundidad, ya que este campo de trabajo es una gran muestra de que una sociedad integradora para todos es tanto necesaria como posible.
Quiero agradecer a todo el equipo organizador todo el esfuerzo y coordinación que han hecho para que este proyecto tirase adelante y por la ayuda, compresión y ejemplo que me han mostrado en todo momento. Gracias Jesús y Álvaro por enseñarme a saber un poco más cómo debía actuar con los usuarios según sus circunstancias, gracias Miguel por mostrarme que Extremadura no era la tierra del western americano, esa tierra árida, llana, y seca que esperaba encontrar, sino un lugar precioso que me cautivó y al que espero volver muy pronto :D, y gracias Tomás por haber encontrado en ti un amigo, un maestro, una bella persona y un gran ejemplo que voy a tener muy presente a lo largo de mi vida. También quisiera agradecer a mis compis de trabajo por su alegría, entusiasmo y amor que han hecho que este campo sea muy especial para mí. Nunca olvidaré los viajes en la furgo con mi compi Raquel, ni los bailes con las Martas y Lucía, las canciones compartidas con Dani, los cantares con Mónica, las rutas con Cristina, las charlas con Vicky, las risas de Toya, las caminatas con Beñat, los pin pon con Arancha, los billares con Nacho, los abrazos de Rocío ( mi morena), los chistes de Pascu , las dinámicas de Irene ( piuuu!), la implicación con los usuarios de Marta S, la sencillez y comprensión de Rubén, mi gran amiga de viajes Ana, y el amor, el afecto, y la alegría compartida con Mario. ¡Os quiero mucho a todos!
Gracias también a los cocineros ( que haya comida vegetariana se agradece un montón!) y a todos los que están detrás de este proyecto, tanto a los responsables y trabajadores de Placeat, como los que han puesto el dinero, la fe y la confianza para que esto fuera posible!



Y por último, gracias por supuesto a los usuarios, la pieza clave de este proyecto, por ser tan especiales y únicos, por enseñarme lo que no se encuentra en los libros, por brindarme vuestro amor y comprensión, afecto y amistad en todo momento. Un cachito de mi corazón siempre estará con vosotros.



¡Mil gracias a todos!



¡Un abrazo enorme desde Girona! "

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