Miércoles, 7 de Agosto
A las 8 de la mañana comienza otro día en San Gil. Usuarios,
monitores y voluntarios continuamos trabajando en la finca,
conociéndonos y disfrutando juntos. Las bromas, risas y cariño
afloran a cada momento mientras trabajamos con los usuarios,
consiguiendo haciéndonos entender que tan iguales somos mientras que
su fuerza y constancia nos ayuda a todos a trabajar, llenándonos de
vitalidad.
Tras la comida y una pequeña siesta reparadora, nos disponemos a
recoger a los usuarios en las furgonetas, en las que todos
disfrutamos mientras nos dirigimos a nuestro destino de las
simpáticas canciones que con tanta risa y alegría cantan los
usuarios.
Al llegar a nuestro destino,
Cabezuela, en el precioso
Valle del Jerte, nos encontramos con una fantástica piscina
natural, donde disfrutamos de un baño juntos, y que aprovechamos
para conocernos entre todos un poco más a la vez que disfrutamos de
unas vistas únicas. De esta forma, muchos de los voluntarios
conseguimos darnos cuenta de las maravillas que posee esta zona de
Extremadura, consiguiendo cambiar la idea que en principio mucho
traíamos de lo que íbamos a ver aquí.
A la vuelta, y tras dejar a los usuarios en su residencia y cenar,
disfrutamos de la noche hablando y comentando las vivencias del día.
Poco a poco, comenzamos a formar una gran familia, y es que aunque
sólo llevemos aquí tres días parece que llevamos toda una vida
juntos.
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