lunes, 16 de agosto de 2010

Día 9. Jueves 12-8-2010

Los días siguen pasando, una nueva jornada nos esperaba, de nuevo vuelta al trabajo, dividiendo el grueso del grupo en tres partes, Residencia San Gil, Finca y Plasencia. Los voluntarios/as nos siguen dando sus opiniones al respecto de esta idea de ir rotando a los tres grupos, donde pueden tener diferentes experiencias de donde trabajan y hacen las personas con discapacidad intelectual. El grupo que trabajo en la residencia de San Gil destacó lo importante que había sido para ellos trabajar en los talleres de manualidades con “Toñi”. En definitiva se trata de conocer diferentes personas con discapacidad intelectual y experiencias, una manera de saber más de este mundo, que en muchos casos hay un desconocimiento absoluto, mezclando discapacidad intelectual con enfermedad mental, que en ningún caso nada tiene que ver, por lo que seguimos con ese proceso de formación.

Por la mañana tuvimos la presencia de la prensa en la finca, donde entrevistaron a varios de nuestros voluntarios y nuestros usuarios, así como al Director del campo de trabajo. Los dos periodistas salieron encantados con la visita, porque pudieron disfrutar de la alegría que reina en el campamento, los cánticos de Carlos Alberto, la paciencia de los voluntarios, y de las risas que les acompaño en todo el tiempo que estuvieron.
Por la tarde nos fuimos de nuevo de ruta, y es que en este campo de trabajo no se para ni un segundo. Fuimos a conocer el pueblo de Granadilla, una localidad abandonada sobre los años 40, debido a la inundación provocada por la presa de Gabriel y Galán. Pudimos disfrutar del castillo así como hablar con otros compañeros del campo de trabajo que se encuentran reconstruyendo este magnífico poblado.


Una vez visto Granadilla nos desplazamos a la piscina natural de La Granja, donde pudimos quitarnos el calor y disfrutar de un refresco en el “chiringuito” perfectamente habilitado.

Después del baño, proseguimos la marcha hacia Hervás, para conocer un pueblo del norte de Extremadura precioso, la judería que allí se encuentra así como sus calles tan emblemáticas. Algunos de los voluntarios también disfrutaron de la gastronomía de Extremadura, conocida por sus carnes a la brasa y finalmente disfrutamos de un baile en un bar, para volvernos de regreso a eso de la 00:00 de la noche. Una vez llegamos a la finca, con todos nuestros voluntarios medio dormidos, nos fuimos poco a poco a las tiendas a descansar merecidamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario