El domingo comenzó con un buen desayuno para recuperar fuerzas del día anterior, donde realizamos una ruta senderista larga y una noche de fiesta con nuestros usuarios en San Gil al son de una orquesta. Hoy les teníamos preparado una salida para conocer Sierra de Gata. A las 10:30 nos pusimos en marcha después de recoger a nuestros/as usuarios/as.
La primera localidad que hemos visitado es Hoyos, un pueblo típico extremeño, popular por sus casas y calles estrechas. Curiosidades como los fregaderos realizados en piedra, que utilizaban antiguamente las lavanderas, Iglesias, Patios Interiores, etc. Arquitectura típica de esta comarca tan bonita.
Las altas temperaturas en las que nos encontramos, son una llamada de atención para buscar un lugar para bañarnos. La piscina natural de Hoyos nos esperaba, allí hemos comido y disfrutado de diferentes actividades, amenizadas por nuestro usuario Carlos Alberto, cantando canciones de hoy y de siempre, con las palmas de los voluntarios de percusión.
Seguidamente pusimos rumbo a Trevejo, para visitar el Castillo Medieval y diferentes curiosidades, como las tumbas realizadas en piedra, que nos han permitido hacer unas fotos preciosas y graciosas en ambos casos. Hemos subido al Castillo donde pudimos contemplar de magníficas vistas desde lo más alto de la sierra. Muchas fotos preciosas nos dejamos para el recuerdo de un lugar con tantísimo encanto.
Por último, hemos visitado San Martín de Trevejo, un pueblo precioso de Sierra de Gata, como principal característica del que hay que destacar que por sus calles fluye un regato con agua de la montaña. También disfrutamos de la plaza y calles colindantes. Los voluntarios también pudieron escuchar en situ el dialecto originario de este pueblo “la fala”, un tesoro lingüístico (El origen de esta lengua no está definido aún, sin embargo los estudiosos destacan su origen como consecuencia de llevar allí un destacamento de tropas gallegas a defender la frontera con Portugal. En la zona habitaban portugueses, por tanto ambas lenguas se fusionaron dando lugar a la fala).
De vuelta a la finca, nuestros participantes nos intercambiaban impresiones, con un gusto agradable de lo que han visto. Seguiremos enseñándoles Extremadura, para que sigan cambiando la típica impresión de la gente que no nos ha visitado nunca, de árida y seca por una Extremadura llena de vida y con mil cosas por ver. Por la noche la gente ha seguido con las tertulias habituales. Mañana toca ponerse las pilas. Vuelta al trabajo con las pilas bien cargadas. Os seguiremos informando.
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