domingo, 21 de agosto de 2011

Valoración Personal de Diana. (Voluntaria Campo de Trabajo 2011)

Llegué hasta aquí empujada por la curiosidad y el desasosiego de mi rutina, la cual se hacía más pesada al verla reflectada en todo lo que tengo, en todo lo que me rodea. Afortunada, sí, de poder escoger dar un golpe al timón de este barco que nos lleva a donde nos toca ir, pero ligada al temor de encontrar un abismo imposible de saltar y, por lo tanto, absolutamente falta de esa primera aparente libertad.

Lo que jamás imaginé fue encontrarme no solamente con el aprendizaje que nos aporta necesariamente un campo de trabajo por sus características, sino el cojín humano tan grande que nos han brindado tanto los tres monitores, Javi, Chuchi y Álvaro, cada uno llenando el espacio donde el otro ya no llegaba, para ofrecernos la mezcla perfecta de inquietud, pasión e iniciativa, y que, emocionada he aprovechado con todo mi corazón; como los usuarios de Placeat, esas maravillosas personitas que con tan solo una sonrisa te muestran el verdadero valor de la vida.

 
 Qué decir de los compañeros voluntarios, que desde el primer momento y salvando apreciables diferencias, nos complementamos entre risas formando una curiosa, pequeña y gran familia.

Y yo que nací en el Mediterráneo, yo que tengo el mar como uno de mis tesoros más preciados, me he enamorado locamente de esta tierra llamada Extremadura que, de la mano de mis queridos anfitriones, se me ha aparecido rica, bella y llena de ríos, esos preciosos senderos de agua fresca, en el cauce de los cuales hemos limpiado no solo nuestra piel sino también nuestras almas.

Me he ido con una maraña de emociones y experiencias que poco a poco deberé ir ordenando y clasificando… o quizá mejor decida dejarlos así, para que todo unido, cada vez que lo recuerde, tenga más valor y mis latidos sean más fuertes todavía.

A este conjunto le presiden tres deseos:

1º: que la gente que se deja sangre y piel en este proyecto siga haciéndolo sin permitir que ningún obstáculo se lo impida, sabiendo con seguridad que al terminar verán compensado con creces el sufrimiento.

2º: que la gente que venga los próximos años pueda aprovechar lo mismo o más que yo ésta increíble oportunidad, que casi a suertes les habrá asignado la vida.

3º: volver a Extremadura, volver a ver todas y cada una de las sonrisas que he conocido y no olvidar nada ni nadie de estos quince días jamás.

A todos, gracias de corazón.

Un beso de esos imposibles de esquivar desde Barcelona,

Diana.

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